"You're dead dude, get over it." »Damon Salvatore | Relations«

Damon es un hombre con una personalidad aparentemente llana y tan profunda como un charco. A primera instancia es el típico machito insoportable o un témpano de hielo sin ningún tipo de sentimiento, pero su verdadera personalidad está oculta bajo toda esa coraza hacia el mundo exterior que él mismo se ha fabricado con el paso de los años. Eso sí, hay cosas que caracterizan a Damon tanto en su mejor día, como en el peor de ellos.

Es terriblemente arrogante, hasta el punto de creerse el rey del mundo, aquel que jamás comete un error y del que todos deberían aprender. Siempre tiene la razón, absolutamente siempre, nadie sobre la faz de la tierra le hará creer que se ha equivocado, aunque pueda demostrarle tal cosa, él nunca lo admitirá. Tiene unos aires de grandiosidad que eclipsan a cualquiera, si hay algo que no le falte a Damon es autoestima, su ego es excesivamente grande y se siente de lo más orgulloso de ese hecho. Unido a sus aires de grandeza y su arrogancia va su irremediable ansia de poder. Siempre lucha por ser el primero en todo, le gusta destacar por encima de cualquiera y haciendo cualquier cosa, él siempre ha de ser el mejor. Su inteligencia es algo irrefutable, cuando le conviene es capaz de idear el plan más ingenioso en apenas unos segundos. Por si fuera poco tiene la astucia suficiente como para escabullirse de todo lo que no le convenga o simplemente no le apetezca, aunque nunca lo hace con demasiado disimulo, pues ese no es precisamente su fuerte. Es completa y absolutamente directo, dice las cosas a la cara de la forma más rotunda y cruel, la sinceridad la lleva siempre por delante, aunque en ocasiones va un poco adornada con su propia opinión.

No es persona de actuar en grupo o acatar órdenes, el individualismo es su creencia más firme. Desconfiado hasta la médula, no se fía ni de su propia sombra por lo que actúa siempre por su cuenta. Lleva el egoísmo hasta puntos insospechados, mirando siempre por su bien y por el de nadie más o al menos eso es lo que le gusta que crean. Eso sí, aunque haya dos o tres personas en este mundo a las que tenga estima y por lo tanto, proteja, eso no implica que de vez en cuando les haga la puñeta, según él, es parte de su encanto. Damon disfruta aprovechándose de cualquiera a quien importe lo más mínimo en pos de conseguir todo lo que desee, manipulando hasta la saciedad y de la forma más cruel y descarada a cualquiera, sin importarle lo más mínimo quien sea, hasta conseguir que se aparten de su lado una vez colmada su paciencia. Es un tanto cruel y despiadado, por no decir mucho, cuando puede dar rienda suelta a su vena sádica es mejor que nadie ande cerca suyo.

Su estabilidad mental es algo cuestionable, es como una veleta y nunca sabes cómo reaccionará, alguien con quien mejor andarse con pies de plomo no sea que te salga por donde no te conviene. Pero en lo más fondo de su ser, Damon es alguien terriblemente melancólico. Porque olvida, pero no perdona. Recuerda cada uno de los errores que ha cometido y que los demás cometieron con él. No demuestra sus sentimientos o al menos procura no hacerlo, pero los tiene y lo atormentan por mucho que le pese. Gran defensor del descontrol vampírico. Según él es mejor “apagar” las emociones y dejarse llevar por la bestia asesina, antes que padecer como un desgraciado. Prefiere ser odiado a que se compadezcan de él. Por lo que siempre hará sufrir a los demás y fingirá no tener sentimientos algunos, alejándose así un poco más de su parte humana, esa que tanto lo atormenta en el interior de su coraza.